La Fraternidad denuncia intento del Gobierno de suprimir ferrocarriles

El sindicato ferroviario La Fraternidad, dirigido por Omar Maturano, no tiene pelos en la lengua. Recientemente, denunciaron que el Gobierno de Javier Milei está orquestando un plan para “suprimir los ferrocarriles”. En un comunicado que causó revuelo, utilizaron la frase “Ramal que anda, ramal que cierra”, un guiño a la famosa frase de Carlos Menem en los años 90 sobre la privatización de los trenes.

En su escrito, el sindicato menciona que antes, el déficit y los paros eran la excusa perfecta para cerrar ramales. Ahora, según ellos, la situación es más grave. “Es la billetera del FMI que intenta eliminar los ferrocarriles para imponer sus negocios en los sectores metalmecánicos y petroleros”, afirman con preocupación.

Protesta en marcha y servicios afectados

La semana pasada, los trenes de la línea Sarmiento, entre otras, circularon a una velocidad mínima de 30 km/h durante tres días seguidos. Esto provocó demoras de hasta 40 minutos y muchas cancelaciones, dejando a los pasajeros esperando en largas filas para tomar colectivos hacia la Ciudad de Buenos Aires.

A pesar de que la Secretaría de Trabajo impuso una conciliación obligatoria, La Fraternidad decidió seguir con su protesta parcial, exigiendo mejoras en la infraestructura ferroviaria.

El sindicato advierte sobre el cierre progresivo de servicios: “El Expreso Buenos Aires-Rosario, Buenos Aires-Pehuajó, Pinamar, Bahía Blanca, el tren turístico Mercedes-Tomás Jofré”, mencionan muchas rutas que son parte de su preocupación, y ahora buscan cerrar rutas fundamentales como Retiro-Tucumán y Neuquén-Cipolletti.

Con un tono desafiante, lanzaron un mensaje de resistencia: “La tercera es la vencida y, con los ferroviarios y el pueblo movilizado, vamos a detener la salvaje entrega de la Patria”.

Además, subrayan que están lidiando con una crisis prolongada caracterizada por falta de inversión, escasez de repuestos, material rodante obsoleto y deficiente mantenimiento de vías. Para los maquinistas, esas condiciones no solo afectan la operatividad, sino que también ponen en riesgo la seguridad de los pasajeros.

Critican que los ingresos en algunas líneas son insuficientes y también cuestionan la planificación y los itinerarios, los cuales describen como un desastre, sin apertura a sugerencias.

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